Blog personal de Ángela Beato. Escribo lo que siento. Digo lo que pienso. Procura no tomarme demasiado en serio.

sábado, 19 de marzo de 2016

Feliz Día del Padre... y punto

Cuadros fabricados con macarrones, marcos de fotografías decorados con legumbres o arroz, ceniceros de reciclaje, huellas de manos marcadas en barro, dibujos al mejor papá, tarjetas dedicadas, cajitas de sorpresas, corbatas customizadas… El catálogo de obsequios promovidos por los colegios para regalar a los padres en su día es tan extenso como la propia historia de esta festividad. Durante los últimos diez años el padre de mis hijos y yo hemos atesorado montones de manualidades fabricadas por ellos para nuestro “día de”. Aquí dejo una muestra de las que aún cogen polvo en alguna estantería de casa.

                

Confieso que pertenezco a una corriente contraria a los “días de”, sobre todo en aquellos casos en que no hay nada que reivindicar o defender, así que estas fechas, por lo que tienen de tradición, las tolero y las despacho con una simple felicitación, pero siempre me ha fastidiado eso de tener que regalar, aunque sea una horrible manualidad infantil. Que esa es otra, la mayoría de las veces no tienen ninguna utilidad y terminan yendo a parar a algún rincón hasta que un día, cuando no mira nadie, la haces desaparecer al fondo de la basura. Afortunadamente a medida que los niños crecen y pasan a cursos superiores, sus profesores van pasando por alto lo de promover la creación de un regalo a los progenitores por su día. 

De todos modos los tiempos van cambiando y la celebración ha trascendido desde el simple ámbito escolar hasta apoderarse del mercado. Lo que antes como mucho era un detalle se ha convertido en casi una lista de bodas. Los grandes almacenes y comercios quieren que consumamos y para eso, en tiempos achuchados, debemos encontrar un aliciente o -mejor- una buena excusa, aunque no sea Navidad. En los días previos a esta fecha he visto innumerables anuncios recordando cuánto le debemos a los padres y sugiriendo pagarles tantos desvelos con regalos de lo más sofisticado. Ahora el 19 de marzo las tiendas dedicadas a vender tecnología ven un filón en el amor filio-parental, lo mismo que les sucede a las que explotan la nueva tendencia del hombre contemporáneo preocupado por su aspecto físico 

Y yo me pregunto, ¿cuándo y cómo hemos pasado del cuadro de alubias al Mac de 1.500 euros? ¿En qué mundo paralelo viven las tiendas o la gente?¿Realmente un Día del Padre tiene la entidad suficiente como para regalar artículos que hay que pagar a plazos? La gente que elija esa propuesta no imagino qué dejará para un cumpleaños a para pedirle a los Reyes. Oye, que allá cada uno con sus costumbres y su dinero, pero sigo pensando que se nos está yendo la pelota. 

Mis hijos han hecho ya su regalo de este año: una tarjeta de felicitación promovida por la monitora de Informática y una taza comprada con ahorros. 
  


















Les voy a sugerir que para redondear el detalle le incluyan en el pack de regalo a su padre un tacto rectal. Es lo que propone la campaña #ElRegaloMásComentado de la Fundación Cris Contra el Cáncer, que trata de concienciar sobre la necesidad de hacerse revisiones periódicas y la importancia de invertir en investigación para erradicar el cáncer de próstata, una enfermedad que provoca 5.400 muertes anuales y en cuya investigación solo se invierte un euro per cápita. 


Ya ves. Ese sí que es un regalo. Para el Día del Padre o para cualquiera de los 364 días restantes.

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